Como uno de los mejores de los últimos quince años ha calificado el presidente del Consejo Empresarial de Chiringuitos de Huelva, Esteban Navarro, el verano que acaba. Varios factores explican el aumento de clientes en las instalaciones playeras respecto al pasado año. Uno de ellos ha sido las condiciones meteorológicas favorables para el baño que se han registrado tanto en julio como en agosto. La playa y su oferta de comida mediterránea han permitido a los chiringuitos de la costa aumentar la facturación. La afluencia al litoral onubense de turistas nacionales ha sido otro de los elementos determinantes para que haya aumentado la caja este verano, según Esteban Navarro, un incremento que también se registró en 2015, un signo de recuperación de la crisis. "El incremento respecto al año pasado ha sido a algo más del 3 %, una cifra nada desdeñable teniendo en cuenta que la oferta y la demanda se concentran en un corto espacio de tiempo", indicó el presidente del consejo empresarial. La mayoría de estos establecimientos se darán una tregua en los próximos meses y cerrarán esperando el regreso de la temporada turística por excelencia.
El sector ha sorteado la campaña veraniega pendiente todavía de su regulación definitiva con dos frentes abiertos. Por una parte, continúa a la espera de conocer definitivamente la incidencia del reglamento que establece las diferencias de los chiringuitos en las playas naturales y las urbanas, y por otra, la sentencia del Tribunal Supremo (TS) que tumba un artículo de la Ley de Costas.
En primer lugar, la norma impone limitaciones que dificultan la viabilidad de los establecimientos ubicados en las playas naturales, ya que contempla que mientras en las urbanas los chiringuitos pueden ser fijos, en las naturales estas instalaciones tendrán que ser desmontables una vez terminada la época estival. Además, amplía los 100 metros de la normativa anterior hasta 150 metros fijos más 50 metros con posibilidad de cerramiento.
Así, Huelva pasaría a tener numerosas zonas del litoral consideradas playas naturales. Prácticamente, todos los municipios costeros tendrían una. En Punta Umbría sería playa natural la que abarca desde Los Enebrales hasta el inicio de El Portil, un espacio que durante la época estival puede llegar a tener más afluencia que cualquier playa considerada urbana. Hasta 24 chiringuitos diseminados por el litoral onubense, desde Matalascañas a Isla Cristina, se verían afectados por la norma.
Otro de los frentes es que el TS ha eliminado las prioridades que establece el reglamento de Costas a la hora de conceder los chiringuitos de playas. El Supremo ha anulado una disposición transitoria donde se reconoce el derecho de preferencia a quienes, cuando entró en vigor la Ley de Costas de 2013, tuvieran su actividad o instalación abierta.
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