De los 16 afectados, 13 se negaron a firmarlo, únicamente el pago de las nóminas, y fueron abonados los atrasos, pero los tres que sí firmaron cobraron todas las indemnizaciones el mismo día, según relata el juez, recibiendo el demandante unos días después "un cheque con importe de 9.810 euros en concepto de indemnización por extinción de contrato por causas objetivas".
Por ello, el juez considera que se podría haber cometido prevaricación administrativa y una malversación de caudales públicos, dada no sólo la desviación de la finalidad de los caudales públicos como también la existencia de indicio de irregularidad en el uso de esa subvención finalista, destinada para una escuela infantil, por vía de prevaricación ("dada la aparente arbitraria, irrazonable y flagrante contrariedad a las normas jurídicas de la resolución que decidió modificar dicha finalidad").
Por estos motivos, ve "oportuno" que se investiguen las posibles responsabilidades administrativas, penales y contables que puedan derivarse de la decisión y la suficiencia del marco legal eventualmente utilizado, acordándose el envío a la Fiscalía provincial de Huelva para su oportuna investigación.
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