Madrid, Málaga, Huelva, Barcelona, Bilbao, Cáceres o El Puerto de Santa María (Cádiz) son algunas de las ciudades que ya han podido disfrutar de la aterciopelada voz de Vicky Luna y los peculiares y frescos ritmos de su compañero Ismael Sánchez en Chez Luna. El dúo, que cuenta con el apoyo de los autores y editores de la SGAE, ofrecerá los temas más cálidos de su proyecto musical el 8 de Diciembre en nuestro núcleo
El albúm 'Chez Luna', está compuesto por 12 canciones que, según declaraciones de los propios autores, "llenan de optimismo, refrescan, como un abanico que mezcla con absoluta fluidez aires frescos cariocas y bluseros, pop de autor con swing afrancesado del Mississippi o rock clásico con aromas de Liverpool".
Vicky e Ismael son las caras de este proyecto musical que nació en 2008 y que se fue fraguando poco a poco, en todo tipo de escenarios, con un repertorio lleno de canciones cálidas y aterciopeladas. Chez Luna, que empezó su carrera musical como una de las componentes del trío Las Niñas, se unió a Ismael, autodidacta guitarrista sevillano, compositor, productor y profesor, quien no dudó en incurrir en el jazz, el blues o la bossa nova a la hora de ampliar su espectro musical.
En su primer trabajo cuentan con las colaboraciones de Antonio Serrano y su armónica de bolsillo, Julián Sánchez a la trompeta y José López al contrabajo, y las voces de Carlos Narea o Adolfo Langa, entre otros. En directo, Javier Ruibal Jr. (a la batería), Rafa Torres (con el contrabajo) y Milián Oneto (coros), completan Chez Luna.
'Azul' fue el primer tema que compusieron y que abre el disco, una suave melodía que transmite esperanza, energía e ilusión. 'My fairy tale' es un 'dixieswing' que habla del príncipe que no acaba de encontrar en su particular cuento de hadas. Predomina el pop en Chez Luna, sobre todo en temas como 'Sin fecha de caducidad', 'Antinatural' o 'Burbujeando'. Pero la paleta de colores del disco es más amplia, y aparecen así aires cariocas con la bossa nova en 'Samba da terapia', en la voz de Ismael, que también canta, o en 'Un beso de mi café', donde comparte protagonismo con el productor Carlos Narea, que regala su especial timbre a la nostálgica voz de Vicky.
El grupo también se atreve a inventar un estándar y tamizarlo con letra en español, retratando al personaje de 'El Trovador', canción que muestra el incuestionable tinte jazzístico de la formación a través de varios solos instrumentales. El blues y el acid-jazz hacen su incursión en este disco, con letras en inglés y con el armonicista Antonio Serrano en 'La vida sin ti' y 'Two words'.
Este trabajo musical lo cierran dos temas sencillos y con enorme carga sentimental, 'Desnudando el corazón' y 'Pequeño Nicolás', que acaban demostrando que Ismael y Vicky, por encima de estilos y fusiones, son humildes contadores de historias, creadores de canciones sin otras pretensiones que hacer llegar su música a todos los públicos.
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